CARISMA DE NUESTRA COMUNIDAD DE APÓSTOLES

Carisma de Sabiduría.- La sabiduría es más valiosa que el oro y la plata, es el don de conocer los misterios maravillosos de Dios, su amor, su grandeza y su preocupación por nosotros.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

La Fe - René González

Pensamientos y Frases de nuestra comunidad

FRASES CARIDAD

“Yo creo que el mejor medio de hacer bien a los pobres no es darles limosna, sino hacer que puedan vivir sin recibirla”.
Benjamin Franklin (1706-1790)

Hay tanta justicia en la caridad y tanta caridad en la justicia que no parece loca la esperanza de que llegue el día en que se confundan.
Concepción Arenal (1820-1893)

La caridad bien entendida empieza por uno mismo.
Refrán

FRASES DE FE

El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz.
Madre Teresa de Calcuta (1910-1997)

Todo el que cree, piensa. Porque la fe, si lo que cree no se piensa, es nula.
San Agustín (354-439)

Aquél que tiene fe no está nunca solo.
Thomas Carlyle (1795-1881)

FRASES ESPERANZA

Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.
Martin Luther King (1929-1968)

Animados por el Espíritu comuniquemos la esperanza. 
Juan Pablo II

Sin la esperanza se apaga el entusiasmo, decae la creatividad y mengua la aspiración hacia los más altos valores. 
Juan Pablo II

Las virtudes teologales en la moral

Las virtudes teologales en la moral

Fe en relación a la moral
Nuestra vida moral tiene su fuente en la fe en Dios que nos revela su amor. San Pablo habla de la ‘obediencia de la fe’ (Rm 1, 5; 16, 26) como de la primera obligación. Hace ver en el ‘desconocimiento de Dios’ el principio y la explicación de todas las desviaciones morales (cf Rm 1, 18-32). Nuestro deber para con Dios es creer en El y dar testimonio de Él.
El primer mandamiento nos pide que alimentemos y guardemos con prudencia y vigilancia nuestra fe y que rechacemos todo lo que se opone a ella. Hay diversas maneras de pecar contra la fe:
La duda voluntaria respecto a la fe descuida o rechaza tener por verdadero lo que Dios ha revelado y la Iglesia propone creer. La duda involuntaria designa la vacilación en creer, la dificultad de superar las objeciones con respecto a la fe o también la ansiedad suscitada por la oscuridad de ésta. Si la duda se fomenta deliberadamente, puede conducir a la ceguera del espíritu.
La incredulidad es el menosprecio de la verdad revelada o el rechazo voluntario de prestarle asentimiento. ‘Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma; apostasía es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos’ (CIC can. 751).

Esperanza en relación a la moral
Cuando Dios se revela y llama al hombre, éste no puede responder plenamente al amor divino por sus propias fuerzas. Debe esperar que Dios le dé la capacidad de devolverle el amor y de obrar conforme a los mandamientos de la caridad. La esperanza es aguardar confiadamente la bendición divina y la bienaventurada visión de Dios; es también el temor de ofender el amor de Dios y de provocar su castigo.
El primer mandamiento se refiere también a los pecados contra la esperanza, que son la desesperación y la presunción:
Por la desesperación, el hombre deja de esperar de Dios su salvación personal, el auxilio para llegar a ella o el perdón de sus pecados. Se opone a la Bondad de Dios, a su Justicia -porque el Señor es fiel a sus promesas- y a su Misericordia.
Hay dos clases de presunción. O bien el hombre presume de sus capacidades (esperando poder salvarse sin la ayuda de lo alto), o bien presume de la omnipotencia o de la misericordia divinas (esperando obtener su perdón sin conversión y la gloria sin mérito).

La Caridad en relación a la moral
La fe en el amor de Dios encierra la llamada y la obligación de responder a la caridad divina mediante un amor sincero. El primer mandamiento nos ordena amar a Dios sobre todas las cosas y a las criaturas por El y a causa de El (cf Dt 6, 4-5).
Se puede pecar de diversas maneras contra el amor de Dios. La indiferencia descuida o rechaza la consideración de la caridad divina; desprecia su acción preveniente y niega su fuerza. La ingratitud omite o se niega a reconocer la caridad divina y devolverle amor por amor. La tibieza es una vacilación o negligencia en responder al amor divino; puede implicar la negación a entregarse al movimiento de la caridad. La acedía o pereza espiritual llega a rechazar el gozo que viene de Dios y a sentir horror por el bien divino. El odio a Dios tiene su origen en el orgullo; se opone al amor de Dios cuya bondad niega y lo maldice porque condena el pecado e inflige penas.


FUENTE:


Fe

FE


"El acto de fe" es el asentimiento de la mente a lo que Dios ha revelado. Un acto de fe sobrenatural requiere gracia divina. Se da bajo la influencia de la voluntad la cual requiere la ayuda de la gracia. Si el acto de fe se hace en estado de gracia, es meritorio ante Dios. Actos explícitos de fe son necesarios, por ejemplo, cuando la virtud de la fe está siendo probada por la tentación o cuando nuestra fe es retada o cuando estamos ante actitudes mundanas contrarias a la fe. Estas situaciones debilitarían nuestra fe si no recurrimos a un acto de fe. Un ejemplo de acto de fe: "Dios mío, yo creo en Tí y todo lo que nos enseñas en Tu Iglesia, porque Tu los has dicho y tu palabra es veraz".  El acto de fe no siempre se vocaliza.  En muchas situaciones lo hacemos y está siempre latente en nuestro corazón.  

La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que El nos ha dicho y revelado, y que la Santa Iglesia nos propone, porque El es la verdad misma. Por la fe ‘el hombre se entrega entera y libremente a Dios’ (DV 5). Por eso el creyente se esfuerza por conocer y hacer la voluntad de Dios. ‘El justo vivirá por la fe’ (Rm 1, 17). La fe viva ‘actúa por la caridad’ (Ga 5, 6).

El don de la fe permanece en el que no ha pecado contra ella (cf Cc. Trento: DS 1545). Pero, ‘la fe sin obras está muerta’ (St 2, 26): privada de la esperanza y de la caridad, la fe no une plenamente el fiel a Cristo ni hace de él un miembro vivo de su Cuerpo.

El discípulo de Cristo no debe sólo guardar la fe y vivir de ella sino también profesarla, testimoniarla con firmeza y difundirla: ‘Todos vivan preparados para confesar a Cristo delante de los hombres y a seguirle por el camino de la cruz en medio de las persecuciones que nunca faltan a la Iglesia’ (LG 42; cf DH 14). El servicio y el testimonio de la fe son requeridos para la salvación: ‘Todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos’ (Mt 10, 32-33).

Resumen
Por la fe creemos en Dios y creemos todo lo que El nos ha revelado y que la Santa Iglesia nos propone como objeto de fe.

FUENTE:


Esperanza


ESPERANZA

La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo. ‘Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la promesa’ (Hb 10,23). Este es ‘el Espíritu Santo que El derramó sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador para que, justificados por su gracia, fuésemos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna’ (Tt 3, 6-7).

La virtud de la esperanza corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre; asume las esperanzas que inspiran las actividades de los hombres; las purifica para ordenarlas al Reino de los cielos; protege del desaliento; sostiene en todo desfallecimiento; dilata el corazón en la espera de la bienaventuranza eterna. El impulso de la esperanza preserva del egoísmo y conduce a la dicha de la caridad.

La esperanza cristiana recoge y perfecciona la esperanza del pueblo elegido que tiene su origen y su modelo en la esperanza de Abraham en las promesas de Dios; esperanza colmada en Isaac y purificada por la prueba del sacrificio. ‘Esperando contra toda esperanza, creyó y fue hecho padre de muchas naciones’ (Rm 4, 18).

La esperanza cristiana se manifiesta desde el comienzo de la predicación de Jesús en la proclamación de las bienaventuranzas. Las bienaventuranzas elevan nuestra esperanza hacia el cielo como hacia la nueva tierra prometida; trazan el camino hacia ella a través de las pruebas que esperan a los discípulos de Jesús. Pero por los méritos de Jesucristo y de su pasión, Dios nos guarda en ‘la esperanza que no falla’ (Rm 5, 5). La esperanza es ‘el ancla del alma’, segura y firme, ‘que penetra... a donde entró por nosotros como precursor Jesús’ (Hb 6, 19-20). Es también un arma que nos protege en el combate de la salvación: ‘Revistamos la coraza de la fe y de la caridad, con el yelmo de la esperanza de salvación’ (1 Ts 5, 8). Nos procura el gozo en la prueba misma: ‘Con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación’ (Rm 12, 12). Se expresa y se alimenta en la oración, particularmente en la del Padre Nuestro, resumen de todo lo que la esperanza nos hace desear.

Podemos, por tanto, esperar la gloria del cielo prometida por Dios a los que le aman (cf Rm 8, 28-30) y hacen su voluntad (cf Mt 7, 21). En toda circunstancia, cada uno debe esperar, con la gracia de Dios, ‘perseverar hasta el fin’ (cf Mt 10, 22; cf Cc. Trento: DS 1541) y obtener el gozo del cielo, como eterna recompensa de Dios por las obras buenas realizadas con la gracia de Cristo. En la esperanza, la Iglesia implora que ‘todos los hombres se salven’ (1Tm 2, 4). Espera estar en la gloria del cielo unida a Cristo, su esposo:
Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora. Vela con cuidado, que todo se pasa con brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto dudoso, y el tiempo breve largo. Mira que mientras más peleares, más mostrarás el amor que tienes a tu Dios y más te gozarás con tu Amado con gozo y deleite que no puede tener fin. (S. Teresa de Jesús, excl. 15, 3)

Resumen
Por la esperanza deseamos y esperamos de Dios con una firme confianza la vida eterna y las gracias para merecerla.

FUENTE:

Caridad

"Caridad", bajo el Primer Mandamiento
 La caridad no toma en cuenta el mal, Juan Pablo II

Caridad es la virtud sobrenatural infusa por la que la persona puede amar a Dios sobre todas las cosas, por El mismo, y amar al prójimo por amor a Dios. Es una virtud basada en fe divina o en creer en la verdad de la revelación de Dios. Es conferida solo por gracia divina. No es adquirida por el mero esfuerzo humano. Porque es infundida con la gracia santificante, frecuentemente se identifica con el estado de gracia. Por lo tanto, quien ha perdido la virtud sobrenatural de la caridad ha perdido el estado de gracia, aunque aun posea las virtudes de esperanza y caridad. -Fuente: Fr. John Hardon, Modern Catholic Dictionary, traducido por P. Jordi Rivero
Caridad - no significa ante todo el acto o el sentimiento benéfico, sino el don espiritual, el amor de Dios que el Espíritu Santo infunde en el corazón humano y que lleva a entregarse a su vez al mismo Dios y al prójimo. -Benedicto XVI, 25 sept, 2005
Caridad: La tercera y principal de las Virtudes Teologales. La caridad es el amor de Dios habitando en el corazón.
-Caridad como fruto del Espíritu Santo
La Caridad puede conferirse solo por gracia divina y no se adquiere meramente por esfuerzo humano. Por ser infusa junto con la gracia santificante, es frecuentemente identificada con el estado de gracia. Por lo tanto, quien ha perdido la gracia sobrenatural de la caridad ha perdido el estado de gracia, aunque puede que aun posea las virtudes de la fe y la esperanza. 
El amor personal a Dios exige observar todos los mandamientos, sabiendo que todo lo que él nos manda nace de su amor y todo es bueno.

Virtudes Teologales

Virtudes Teologales

Las tres virtudes teologales son infusas por Dios en nuestra alma: FE, ESPERANZA y CARIDAD.

Las Virtudes teologales informan y vivifican todas las virtudes morales.
Para comprender las virtudes teologales, primero lea lo que es Virtud

Las virtudes humanas se arraigan en las virtudes teologales que adaptan las facultades del hombre a la participación de la naturaleza divina (cf 2 P 1, 4). Las virtudes teologales se refieren directamente a Dios. Disponen a los cristianos a vivir en relación con la Santísima Trinidad. Tienen como origen, motivo y objeto a Dios Uno y Trino.
Las virtudes teologales fundan, animan y caracterizan el obrar moral del cristiano. Informan y vivifican todas las virtudes morales. Son infundidas por Dios en el alma de los fieles para hacerlos capaces de obrar como hijos suyos y merecer la vida eterna. Son la garantía de la presencia y la acción del Espíritu Santo en las facultades del ser humano. Tres son las virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad (cf 1 Co 13, 13).

Resumen
Las virtudes teologales disponen a los cristianos a vivir en relación con la Santísima Trinidad. Tienen como origen, motivo y objeto, a Dios conocido por la fe, esperado y amado por El mismo.
Las virtudes teologales son tres: la fe, la esperanza y la caridad (cf 1 Co 13, 13). Informan y vivifican todas las virtudes morales.
Por la fe creemos en Dios y creemos todo lo que El nos ha revelado y que la Santa Iglesia nos propone como objeto de fe.
Por la esperanza deseamos y esperamos de Dios con una firme confianza la vida eterna y las gracias para merecerla.
Por la caridad amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios. Es el ‘vínculo de la perfección’ (Col 3, 14) y la forma de todas las virtudes.

FUENTE:

Editorial

Fuerza que mueve a la iglesia

Esta semana, en la Comunidad de Apóstoles decidimos, que en base al tema de “La fuerza que mueve a la iglesia”, que todas nuestras publicaciones sean acerca de las 3 virtudes teologales, siendo la Fe, la fuerza principal que mueve a toda la iglesia; esa Fe que nos hace creer en Dios, a aceptar las cosas que pasan, ya sean buenas o malas, siempre hay que verlas a través de los ojos de la fe, a confiar en Él y todo lo que hace por nosotros.


jueves, 25 de noviembre de 2010

Pensamientos y Frases de nuestra comunidad


El que es verdadero Apóstol transmite “vida”. 
Pedro Finkler

"Dondequiera que Dios halla un corazón que ora,… este corazón hallará un Dios que escucha la oración."       
Matthew Henry 

"No hay filosofía más sublime que la conocida con el nombre de Sagrada Escritura." 
Isaac Newton. 

"Siempre he dicho y diré que el estudio de la Biblia hará mejores ciudadanos, mejores padres y mejores esposos."       
Tomás Jefferson 

Problemática de la semana

Toman aeropuerto y sellan la zona hotelera por Cumbre Climática

 

http://www.noticaribe.com.mx/cancun/images/2411cumbre.jpgLas fuerzas militares y la policía federal, tomaron a partir de este miércoles el control de la seguridad del aeropuerto internacional de Cancún hasta el próximo 15 de diciembre, y en donde sobresale el blindaje establecido en el área de filtros migratorios así como en la terminal 3 de arribos internacionales.

CANCÚN, MX.- Las fuerzas militares y la Policía Federal, tomaron a partir de este miércoles el control de la seguridad del Aeropuerto Internacional de Cancún hasta el próximo 15 de diciembre, y en donde sobresale el blindaje establecido en el área de filtros migratorios así como en la terminal 3 de arribos internacionales.
Así, la consigna ha sido instalada en el principal destino turístico del país.
Todo aquello que parezca sospechoso, movimientos considerados como irregulares y hasta la menor provocación de algún hecho, conlleva a la movilización de los elementos adscritos en la terminal aérea.
El trabajo ha sido dividido en dos áreas. El Ejército custodia con soldados armados la zona de llegadas internacionales, donde el arribo de visitantes extranjeros es revisada de forma extenuante.
Asimismo, la terminal 3 fue bloqueada por completo y no se permite tampoco movimiento y visualización en la llegada de pasajeros de vuelos internacionales debido a que se colocó una barrera para restringir el movimiento de la zona.
Todo el personal de seguridad privada que mantiene la concesionaria Aeropuertos del Sureste, Asur, ha sido reacomodado en distintas áreas. En tanto, los sitios de movilización de pasajeros así como puestos de control, han sido tomados por elementos de la Policía Federal Preventiva.
El dispositivo de seguridad comienza desde la entrada del aeropuerto internacional sobre el bulevar Luis Donaldo Colosio. Ahí se ha establecido un retén donde la Policía Federal comenzará a hacer revisiones a partir de este jueves a los automovilistas.
En ese punto, se colocarán vallas contenedoras para evitar el paso de manifestantes de la Cumbre Climática.
Se prevé que esa sea una zona neurálgica ya que para trasladarse a Playa del Carmen y a la Riviera Maya se tendrá que hacer uso de la vía que conecta a la Zona Hotelera de Cancún con el bulevar Luis Donaldo Colosio.
Posteriormente, el dispositivo continúa en los accesos tanto a la terminal 2 como a la terminal 3 del aeropuerto. Elementos de la Policía Federal han montado guardias para determinar quien entra y sale de las instalaciones.
Ya en el interior de las terminales, es el Ejército el que ha tomado posesión de control, ya que en las llegadas internacionales un convoy de militares fuertemente armados resguardan los accesos.
Asimismo, no sólo personal del Instituto Nacional de Migración, INM, se encuentra en los filtros de llegadas, sino que también militares han sido ubicados en esas zonas por cualquier eventualidad.
De acuerdo con fuentes oficiales de Asur, el aeropuerto en toda su operatividad de seguridad fue entregado a las fuerzas armadas desde el pasado domingo y a partir del miércoles de dio la orden de control.
Lo anterior significa que todo el personal de seguridad privada que manejaba la concesionaria, ha sido reasignado a puntos de vigilancia, y las partes de mayor relevancia han sido tomadas por las fuerzas oficiales.
Se estima que son ya 120 elementos entre militares y policías federales que se ubican nada más en el dispositivo de seguridad el Aeropuerto Internacional de Cancún. Esta cifra, podría ascender a los 350 a partir del domingo una vez que arranque de manera oficial la Conferencia de las Partes, COP 16 por sus siglas en inglés. 

Oración para todos los días

Dios, Padre nuestro, yo te ofrezco toda mi jornada,
mis oraciones, pensamientos, afectos y deseos,
palabras, obras, alegrías y sufrimientos
en unión con el Corazón de tu Hijo Jesucristo
que sigue ofreciéndose a Ti en la Eucaristía
para la salvación del mundo.
Que el Espíritu Santo, que guió a Jesús,
sea mi guía y mi fuerza en este día
para que pueda ser testigo de tu amor.

Artítulo: ¿POR QUÉ HAY TANTAS RELIGIONES?

¿POR QUÉ HAY TANTAS RELIGIONES?

Juan Pablo II ha dado su propia respuesta a la pregunta planteada por periodista italiano Vittorio Messori en el libro «Cruzando el umbral de la esperanza». El pontífice dedicó cuatro capítulos a responderla.

En el libro el Papa afirma que «en vez de sorprenderse de que la Providencia permita tal variedad de religiones, deberíamos más bien maravillarnos de los numerosos elementos comunes que se encuentran en ellas».
Cristo vino al mundo para todos los pueblos, dice el Papa, «los ha redimido a todos y tiene ciertamente Sus caminos para llegar a cada uno de ellos, en la actual etapa escatológica de la historia de la salvación. De hecho, en aquellas regiones muchos lo aceptan y muchos más tienen en Él una fe implícita (cf. Hebreos 11,6)».

Islam
«Cualquiera que, conociendo el Antiguo y el Nuevo Testamento, lee el Corán, ve con claridad el proceso de reducción de la Divina Revelación que en él se lleva a cabo. Es imposible no advertir el alejamiento de lo que Dios ha dicho de Sí mismo, primero en el Antiguo Testamento por medio de los profetas y luego de modo definitivo en cl Nuevo Testamento por medio de Su Hijo. Toda esa riqueza de la autorrevelación de Dios, que constituye el patrimonio del Antiguo y del Nuevo Testamento, en el islamismo ha sido de hecho abandonada.
»Al Dios del Corán se le dan unos nombres que están entre los más bellos que conoce el lenguaje humano, pero en definitiva es un Dios que está fuera del mundo, un Dios que es sólo Majestad, nunca el Emmanuel, Dios-con-nosotros. El islamismo no es una religión de redención. No hay sitio en él para la Cruz y la Resurrección. Jesús es mencionado, pero sólo como profeta preparador del último profeta, Mahoma. También María es recordada, Su Madre virginal; pero está completamente ausente el drama de la Redención. Por eso, no solamente la teología, sino también la antropología del Islam, están muy lejos de la cristiana.
»Sin embargo, la religiosidad de los musulmanes merece respeto. No se puede dejar de admirar, por ejemplo, su fidelidad a la oración. La imagen del creyente en Alá que, sin preocuparse ni del tiempo ni del sitio, se postra de rodillas y se sume en la oración, es un modelo para los confesores del verdadero Dios, en particular para aquellos cristianos que, desertando de sus maravillosas catedrales, rezan poco o no rezan en absoluto.
»El Concilio ha llamado a la Iglesia al diálogo también con los seguidores del «Profeta», y la Iglesia procede a lo largo de este camino. Leemos en la «Nostra aetate»: "Si en el transcurso de los siglos no pocas desavenencias y enemistades surgieron entre cristianos y musulmanes, el Sacrosanto Concilio exhorta a todos a olvidar el pasado y a ejercitar sinceramente la mutua comprensión, además de a defender y promover juntos, para todos los hombres, la justicia social, los valores morales, la paz y la libertad" (n. 3)» (Páginas 106 y 107).

Judaísmo
«Las palabras de la "Nostra aetate" suponen un verdadero cambio. El Concilio dice: "La Iglesia de Cristo reconoce que, efectivamente, los comienzos de su fe y de su elección se encuentran ya, según el misterio divino de salvación, en los Patriarcas, Moisés y los Profetas. [...] Por eso, la Iglesia no puede olvidar que ha recibido la revelación del Antiguo Testamento por medio de aquel pueblo con el que Dios, en su inefable misericordia, se dignó sellar la Alianza Antigua, y que se nutre de la raíz del buen olivo en el que han sido injertados los ramos del olivo silvestre que son los gentiles. [...] Por consiguiente, siendo tan grande el patrimonio espiritual común a los cristianos y a los hebreos, este Sacro Concilio quiere promover y recomendar entre ellos el mutuo conocimiento y estima, que se consigue sobre todo por medio de los estudios bíblicos y de un fraterno diálogo" (n. 4).
»Tras las palabras de la declaración conciliar está la experiencia de muchos hombres, tanto judíos como cristianos. Está también mi experiencia personal desde los primerísimos años de mi vida en mi ciudad natal. Recuerdo sobre todo la escuela elemental de Wadowice, en la que, en mi clase, al menos una cuarta parte de los alumnos estaba compuesta por chicos judíos. Y quiero ahora mencionar mi amistad, en aquellos tiempos escolares, con uno de ellos, Jerzy Kluger. Amistad que ha continuado desde los bancos de la escuela hasta hoy. Tengo viva ante mis ojos la imagen de los judíos que cada sábado se dirigían a la sinagoga, situada detrás de nuestro gimnasio. Ambos grupos religiosos, católicos y judíos, estaban unidos, supongo, por la conciencia de estar rezando al mismo Dios. A pesar de la diversidad de lenguaje, las oraciones en la iglesia y en la sinagoga estaban basadas, en considerable medida, en los mismos textos» [...].
«Este extraordinario pueblo continúa llevando dentro de sí mismo las señales de la elección divina. Lo dije una vez hablando con un político israelí, el cual estuvo plenamente de acuerdo conmigo. Sólo añadió: "¡Si esto fuera menos costoso...!" Realmente, Israel ha pagado un alto precio por su propia "elección". Quizá debido a eso se ha hecho más semejante al Hijo del hombre, quien, según la carne, era también Hijo de Israel; el dos mil aniversario de Su venida al mundo será fiesta también para los judíos» [...].
«Cuándo podrá el pueblo de la Antigua Alianza reconocerse en la Nueva es, naturalmente, una cuestión que hay que dejar en manos del Espíritu Santo. Nosotros, hombres, intentemos sólo no obstaculizar el camino» (páginas 109, 110, 112).

Budismo
«La soteriología [doctrina de la salvación] del budismo constituye el punto central, más aún, el único de este sistema. Sin embargo, tanto la tradición budista como los métodos que se derivan de ella conocen casi exclusivamente una soteriología negativa.
»La "iluminación" experimentada por Buda se reduce a la convicción de que el mundo es malo, de que es fuente de mal y de sufrimiento para el hombre. Para liberarse do’ este mal hay que liberarse del mundo; hay que romper los lazos que nos unen con la realidad externa, por lo tanto, los lazos existentes en nuestra misma constitución humana, en nuestra psique y en nuestro cuerpo. Cuanto más nos liberamos de tales ligámenes, más indiferentes nos hacemos a cuanto es el mundo, y más nos liberamos del sufrimiento, es decir, del mal que proviene del mundo.
¿Nos acercamos a Dios de este modo? En la "iluminación" transmitida por Buda no se habla de eso. El budismo es en gran medida un sistema "ateo". No nos liberamos del mal a través del bien, que proviene de Dios; nos liberamos solamente mediante el desapego del mundo, que es malo. La plenitud de tal desapego no es la unión con Dios, sino el llamado "nirvana", o sea, un estado de perfecta indiferencia respecto al mundo. Salvarse quiere decir, antes que nada, liberarse del mal haciéndose indiferente al mundo, que es fuente de mal (página 100).

Hinduismo
«En el hinduismo los hombres investigan el misterio divino y lo expresan mediante la inagotable fecundidad de los mitos y con los penetrantes esfuerzos de la filosofía; buscan la liberación las angustias de nuestra condición, sea mediante formas de vida ascética, sea a través de la profunda meditación, sea en el refugio en Dios con amor y confianza. En el hinduismo, según sus varias escuelas, se reconoce la radical insuficiencia de este mundo mudable y se enseña un camino por el que los hombres, con corazón devoto y confiado, se hagan capaces de adquirir el estado de liberación perfecta o de llegar al estado de suprema iluminación por medio de su propio esfuerzo, o con la ayuda venida de lo alto» («Nostra aetate», 2).
«El Concilio recuerda que "la Iglesia católica no rechaza nada de cuanto hay de verdadero y santo en estas religiones. Considera con sincero respeto esos modos de obrar y de vivir, esos preceptos y esas doctrinas que si bien en muchos puntos difieren de lo que ella cree y propone, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres. Pero Ella anuncia y tiene la obligación de anunciar a Cristo, que es "camino, verdad y vida" (Juan 14,6), en quien los hombres deben encontrar la plenitud de la vida religiosa y en quien Dios ha reconciliado Con sigo mismo todas las cosas» («Nostra aetate», 2) (páginas 95 y 96) .

Religiones animistas
«Ponen en primer plano el culto a los antepasados. Parece que quienes las practican se encuentren especialmente cerca del cristianismo. Con ellos, también la actividad misionera de la Iglesia halla más fácilmente un lenguaje común. ¿Hay, quizá, en esta veneración a los antepasados una cierta preparación para la fe cristiana en la comunión de los santos, por la que todos los creyentes vivos o muertos forman una única comunidad, un único cuerpo? La fe en la comunión de los santos es, en definitiva, fe en Cristo, que es la única fuente de vida y de santidad para todos. No hay nada de extraño, pues, en que los animistas africanos y asiáticos se conviertan con relativa facilidad en confesores de Cristo, oponiendo menos resistencia que los representantes de las grandes religiones del Extremo Oriente» (página 97).

FUENTE:

Cartas de San Pablo

Himno al Amor
Carta de San Pablo a los Corintios 13, 1-13

“Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. 

Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.

Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. 

El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas.

Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.

Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí. 

En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor”.

Evangelio del día

† Lectura del santo Evangelio
Según san Lucas (21, 20-28)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en la ciudad, que se alejen de ella; los que estén en el campo, que no vuelvan a la ciudad; porque esos días serán de castigo para que se cumpla todo lo que está escrito.
¡Pobres de las que estén embarazadas y de las que estén criando en aquellos días! Porque vendrá una gran calamidad sobre el país y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo.
Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios les ha señalado.
Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad.
Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.


El ministerio apostólico

El ministerio apostólico


La tarea principal de los apóstoles fue la oración y el anuncio de la "buena nueva" (del evangelio), es decir, la proclamación fiel del mensaje de Jesús. Los escritos sagrados les presentan como un grupo colegiado ("los doce"), en el que se asigna a Pedro un papel especial: "Tú eres Pedro (piedra) y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mateo 16,19). "He rogado por ti [Pedro] para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos" (Lucas 22,32).

Como oyentes y testigos directos de la doctrina de Jesús, se constituyen en garantes de su transmisión auténtica. Se saben asimismo revestidos de una especial autoridad en cuanto que han sido enviados por Jesús del mismo modo que Jesús ha sido enviado por el Padre. Han recibido el Espíritu Santo y el poder de "atar y desatar", de perdonar los pecados. Es esta conciencia de la autoridad recibida de Jesús la que les permite remitir a las comunidades de Antioquía, Siria y Cilicia las graves decisiones tomadas en el concilio de Jerusalén con esta solemne introducción: "Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros..." (Hechos de los Apóstoles 15,28).

Para poder cumplir el mandato de anunciar la buena nueva a todas las naciones de la tierra "hasta el fin de los tiempos", eligieron sucesores a quienes confiaron, con igual autoridad, la prosecución del ministerio de la palabra. En ellos se inicia, pues, la sucesión apostólica. La cadena ininterrumpida de sus sucesores se convierte en criterio de la verdadera doctrina. A ellos ha de volver incesantemente su mirada la Iglesia para cerciorarse de que no se producen desviaciones doctrinales. La Iglesia es apostólica porque se mantiene fiel a la tradición recibida de los apóstoles (tradición apostólica).



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